Cambiar hábitos es uno de los retos más difíciles que podemos enfrentar. Separarnos de lo que hemos sido durante tanto tiempo y dejar atrás lo que creemos que nos beneficia es un proceso complicado, lleno de altibajos y momentos de derrota. Sin embargo, es crucial mantenerse enfocado en nuestro propósito y no permitir que nuestras dudas y temores nos detengan en el camino.
En mi experiencia, he notado que cuando nos sentimos tentados a abandonar nuestro propósito, es porque estamos subestimando nuestra propia capacidad de resistencia y perseverancia. Las derrotas pueden jugar con nuestra mente, hacernos sentir desmotivados e incluso cuestionar nuestra decisión de embarcarnos en este viaje, pero debemos recordar que la decisión ya fue tomada y que no podemos negociar con nosotros mismos. Solo podemos seguir adelante y confiar en nuestra fuerza interior.
En mi caso personal, una de las mayores dificultades que he enfrentado es levantarme a las 4:00 am para cumplir con mi régimen diario. Vivo en una ciudad fría y a esa hora las temperaturas son realmente bajas, lo que hace que mi mente me diga que nunca voy a cumplir con esta meta. Además, mi estilo de vida nocturno complica aún más las cosas.
Por eso, he decidido establecer una rutina estricta para mi hora de dormir. A las 10:00 pm, debo estar listo para dormir, desconectado de mi teléfono móvil y sin ninguna distracción. Recuerdo que así era en el ejército, donde a esa hora apagaban las luces y exigían que todos nos fuéramos a dormir, porque al día siguiente debíamos madrugar.
Sé que este cambio no será fácil, pero es crucial para alcanzar mi objetivo final. Así que animo a todos aquellos que estén luchando por cambiar sus hábitos a no desistir y entender que es un proceso evolutivo que poco a poco se hará más sólido. Vamos con toda la fuerza interna que tenemos, ¡sigamos adelante y alcancemos nuestras metas!